Digamos, pues, que el hombre nuevo no tiene en sí estas siete fuentes sa- cramentales
o estos siete sacramentos, porque ha recibido en realidad dentro de él el sacramento de la palabra y porque es este sacramento de la palabra el que ha hecho que broten en él estas siete fuentes, que antes estaban estancadas en la muerte; pero, como este sacramento de la palabra no ha podido llegar hasta las siete fuentes sacramentales del hombre nuevo, sin haber actuado de antemano sobre la piedra angular del templo, esta piedra angular del templo debe estar previamente penetrada y revestida por este sacramento de la pala- bra, para que las siete fuentes que van a salir de ella en abundancia y los ríos divinos puedan llenarlas sin interrupción y en toda su pureza.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .