El Tao es infinito. El Tao es totalidad. El Tao es todo lo que existe,

por eso no puede decirse. Pero en la intimidad profunda de un Maestro y un discípulo algo de él empieza a latir. Hay momentos en los que te vuelves accesible al todo, en los que no funcionas como una entidad separada, en los que pierdes la idea de la separación durante algunos momentos, en los que eres uno y estás unido. Cuando la gota desaparece en el océano, incluso por un solo momento, entonces sabes lo que es el Tao. De manera que el Tao no se puede decir pero se puede mostrar. Eso es lo que he estado haciendo aquí. Esto no es una escuela de filosofía. No os estoy enseñando ninguna filosofía en absoluto. Esto es una escuela existencial. Os estoy enseñando la existencia tal como es. Y la existencia ya está aquí; solo tienes que volverte un poco más valiente para abrirte, para dejar que entre. ¡Está llamando a tus puertas! Jesús dice: «Llamad y se os abrirá la puerta. Pedid y se os dará. Buscad y encontraréis.» Me gustaría decirte justo lo contrario: Dios está llamando a tu puerta, ha estado llamando durante milenios. ¡Oye! Está llamando a la puerta... Abre tus puertas. ¡Escucha! Te está pidiendo que salgas de la prisión que te has impuesto. Te está buscando: deja que te busque, ¡ayúdale a buscarte! Te está buscando, y tú te estás escapando, y te has estado escapando durante vidas y vidas. Y eres desdichado, pero sigues escapándote. Y cada vez que se acerca a ti Su mano, te asustas. Y lo comprendo. El miedo es natural. ¿Cuál es el miedo? El miedo es: si Dios es, entonces tú no puedes ser. Friedrich Nietzsche ha dicho: «Si Dios es, entonces ¿cómo puedo ser yo? Entonces ¿cómo puedo ser...? Así que decido que no hay Dios; solo entonces puedo ser.» Y eso es lo que han decidido millones de personas: han negado a Dios para poder ser. Si no hay Dios, el ego es posible. Si hay Dios, ¿cómo se va a sustentar el ego? ¿Con qué? Entonces ya no existes; ése es el miedo. Dios es la muerte del ego. El Tao puede ser saboreado, el Tao puede ser experimentado, pero hay que cumplir una condición: tienes que ser tan sencillo que no tengas ego, tienes que ser tan silencioso que no haya ninguna idea de «yo».

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

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