Y vosotros, hombres ciegos, hombres descarriados, si os quedase el mínimo vestigio de sentimiento sobre

la naturaleza de vuestro ser y su destino, ¿no echaríais lágrimas de sangre por vuestras insensibilidades pasadas? ¿No os atormentaría la vergüenza de haber acumulado en el camino del Señor tantos escombros y obstáculos tan grandes y no os veríais presionados por el deseo de evitar al Señor las terribles y violentas pruebas a las que habéis expuesto su amor?.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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