AURANGZEIB, UNO DE LOS EMPERADORES MUSULMANES DE LA INDIA, ardía en deseos de que su
padre muriera o de que se hiciera viejo para sucederlo. Lo encarceló y ocupó el trono imperial. Su padre había trabajado mucho durante toda su vida, y al verse mano sobre mano en la celda envió un recado a su hijo: «Al menos reúne a treinta niños para que les enseñe el Corán». Lo que comentó Aurangzeib ante sus cortesanos resulta muy significativo. Dijo: «Ese viejo no quiere perder su poder. Ya no es el emperador, pero con treinta discípulos para enseñarles el Corán volverá a ejercer su poder sobre esos niños». Según los psicólogos, las personas que tienen miedo de competir en la vida y de adquirir poder eligen una vía más sencilla: ser maestros de escuela. A los niños pequeños se les puede pegar, acosar... Es ilegal, pero en este país sigue ocurriendo. Precisamente el otro día leí un informe sobre tres casos que se han encontrado... pero el gobierno oculta los hechos. Por fin se ha reconocido, porque ya resultaba excesivo, que los maestros han dado tales golpes a los niños que algunos se han quedado sordos de por vida. Un chico... Su propio padre lo encadenó. Estuvo encadenado durante casi diez años, a una columna de la casa. Prácticamente se convirtió en un animal. No podía ponerse de pie y solo se movía a cuatro patas. Además, como lo obligaron a vivir en medio de la oscuridad, perdió la vista. Incluso los padres ejercen su poder, como los profesores, los maridos, las esposas. Da igual en qué situación te encuentres. Si la humanidad comprendiera las profundas raíces psicológicas y los cambios del inconsciente, de modo que no hubiera semillas, el poder seguiría derramándose como la lluvia, pero sin flores de corrupción. Si no, seguirá existiendo el abuso de poder. Y no se le puede arrebatar el poder a la gente: siempre tiene que haber una madre, un padre, un profesor. La única solución consiste en limpiar el inconsciente de las personas con la meditación, inundar su ser interior de luz.
Osho . El libro del ego .