El político no puede comprender la religión. Es imposible. El lenguaje de la política es

justo el opuesto al lenguaje de la religión. La religión es no-deseo, no-ambición, no-posesividad. La religión es vivir aquí-ahora. La política es ambición, deseo, siempre en el futuro, mañana. La religión es aceptarse a uno mismo, aceptar todo lo que eres y relajarte con ello. La política surge de un complejo de inferioridad, de la comparación. Compárate con otros y siempre te sientes inferior. Alguien es más guapo, alguien tiene más conocimientos, alguien es más inteligente..., y estás aquejado de un complejo de inferioridad. Quieres probar que vales. Pero, si no eres inteligente, ¿qué puedes hacer para volverte inteligente? Es imposible. Si no tienes genio musical, ¿qué puedes hacer? No hay manera de hacer nada al respecto. Si no eres guapo, no eres guapo. Pero entonces solo queda una cosa: puedes hacerte político. Ése es el último recurso de todas las personas aquejadas de un complejo de inferioridad: ahí, cualquiera, quien tenga suficiente violencia, suficiente brutalidad, quien tenga vivo al animal dentro de sí, puede ir deprisa. No es necesario ningún otro talento, no es necesario ningún tipo de genialidad. De hecho, cuanta menos inteligencia tengas, mejores serán tus oportunidades de triunfar.

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

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