Digo lo siguiente a cualquier hombre: intercambia el trabajo durante veinticuatro horas. Que ella pueda
dedicarse a pensar, a crear poesía o música, y durante esas veinticuatro horas ocúpate tú de los hijos, de la cocina, de la casa. Entonces te darás cuenta de quién es superior. Veinticuatro horas serán suficientes para demostrarte que cuidar de tantos niños es como vivir en un manicomio. Con un solo día de cocinar para la familia y los invitados comprenderás que en esas horas has vivido en un auténtico infierno, y olvidarás la idea de tu superioridad, porque no tendrás ni un segundo para pensar en la teología, la filosofía o la religión. Debes pensar en otros términos. Sí, la mujer tiene menos musculatura, porque durante millones de años no ha realizado el trabajo que desarrolla los músculos. Yo he estado con ciertos indígenas de la India, pueblos en los que la mujer es musculosa y el hombre no. Eso significa que no es algo natural, sino histórico. Pero las mujeres llevan tanto tiempo sin realizar trabajos que requieren musculatura que, poco a poco han perdido de forma natural la capacidad para desarrollarla. Pero también hay que considerar el asunto desde otros ángulos. La mujer tiene más resistencia que el hombre, un hecho comprobado médicamente. Las mujeres enferman con menos frecuencia que los hombres y viven más tiempo que ellos, unos cinco años más. Es una sociedad absurda la que ha decidido que el marido debería de ser cuatro o cinco años mayor que la mujer, simplemente para demostrar que el hombre es más experimentado y así mantener intacta su superioridad. No está bien desde el punto de vista médico, porque la mujer vive cinco años más que el hombre. Desde el punto de vista médico, el marido debería ser cinco años más joven que la mujer, de modo que murieran al mismo tiempo o casi. Por un parte, el hombre tiene que ser cuatro o cinco años mayor que la mujer, y por otra parte, a la mujer no se le permite que vuelva casarse otra vez, en la mayoría de las culturas y las sociedades. Recientemente ha empezado a permitírsele, pero solo en los países desarrollados. Como no se le permite volver a casarse vivirá al menos diez años de viudedad. Eso es una insensatez desde el punto de vista médico; hay un error aritmético. ¿Por qué obligar a una mujer a ser viuda durante diez años? Habría sido mejor que la mujer hubiera tenido cinco años más que el marido, que el hombre hubiera sido cinco años más joven que la mujer. Con eso se habría arreglado el asunto. Habrían muerto casi al mismo tiempo, y no habría ni viudos ni viudas ni todos los problemas derivados de esa situación.
Osho . El libro del ego .