¿Por qué razón se nos han de dar tan grandes bienes? Porque es así como
se da a conocer la medida suprema, cuando la hemos dejado que se adueñe de todas las medidas que hay en nosotros; porque esta medida, que es la vida por esencia, no puede comunicar ninguna otra impresión a los que se acercan a ella; porque esta medida no pretende más que llegar a la unidad de nuestro centro, para gobernarlo mediante la misma acción por la que ella se gobierna y llevarlo con ella continuamente en la identidad de su movimiento. Ésa es la suerte que está reservada a los que hayan querido comer el verbo.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .