Sabiduría, sabiduría, el hombre no conoce lo suficiente tus propiedades esenciales. Sin ti, las virtudes
Divinas le resultan inútiles y no impiden que se altere y se destruya, lo mismo que, sin el aire que pesa sobre el cuerpo, se separarían todas las virtudes que pesan sobre la naturaleza y las formas abocarían en su disolución. Hombre, te lo repito, dirige tus miradas, tus deseos, todos tus trabajos, hacia la reunión de este triple sello sobre ti y hacia la aplicación de la sabiduría sobre este triple sello. Para ti no habrá nada que no pueda abrir esta llave y nadie cerrará, y nada que tú no puedas cerrar y nadie abrirá, porque esta sabiduría hará de ti una imagen de la eternidad, envolviéndote en todas tus partes y haciéndote como una especie de esfera divina que, por su forma, será inaccesible e inalterable a todos los poderes de la ilusión.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .