Usted dice que cuando prestamos atención no debiera haber resistencia. ¿Cómo puede ser esto? He
dicho que cualquier forma de resistencia es inatención, distracción. No lo acepte, considérelo. No acepte nada, lo diga quien lo diga; antes bien, investigue la cuestión por sí mismo. Si meramente acepta, se vuelve usted mecánico, torpe, ya está muerto; pero si investiga, si considera las cosas por sí mismo, entonces es un ser humano enérgico, vital, creativo. Ahora bien, ¿puede usted prestar atención a lo que se está diciendo y, al mismo tiempo, percatarse de que alguien está entrando, sin volver la cabeza para ver quién es y sin ninguna resistencia contra el movimiento de volver la cabeza? Si resiste el movimiento de volver la cabeza para mirar, su atención ya se ha ido y usted está disipando su energía mental en esa resistencia. ¿Puede, pues, haber un estado de atención total en el que no haya distracción alguna y, por tanto, no haya resistencia? O sea, ¿puede usted prestar atención a algo con la totalidad de su ser y, no obstante, mantener la parte exterior de la conciencia sensible a todo cuanto ocurre alrededor y dentro de usted minino? Mire, la mente es un instrumento extraordinario, está absorbiendo constantemente viendo múltiples formas y colores, recibiendo innumerables impresiones, captando el sentido de las palabras, la significación de una mirada, etcétera; y nuestro problema es prestar atención a algo y, al mismo tiempo, mantener la mente muy sensible a todo lo que está ocurriendo, inclusive a todas las impresiones y respuestas inconscientes. Lo que digo abarca, en realidad, todo el problema de la meditación. No podemos entrar en eso ahora; pero si uno no sabe meditar, no es un ser humano maduro. La meditación es una de las cosas más esenciales que hay en la vida mucho más esencial que aprobar exámenes para lograr un título. Comprender qué es la verdadera meditación no es practicar la meditación. La “práctica” de cualquier cosa en cuestiones espirituales es mortal. Para comprender qué es la verdadera meditación, tenemos que percatarnos lúcidamente de las operaciones de nuestra propia conciencia, y entonces hay atención completa. Pero la atención completa no es posible cuando existe cualquier forma de resistencia. Vea, a casi todos se nos educa para prestar atención a través de la resistencia, y así nuestra atención es siempre parcial, jamás es completa y por eso el aprendizaje se vuelve tedioso, aburridor, una cosa terrible. Por tanto, es muy importante prestar atención en el profundo sentido de la palabra, lo cual implica darnos cuenta de las operaciones de nuestra propia mente. Sin el conocimiento propio, uno no puede prestar atención completa. Es por eso que, en una verdadera escuela, al estudiante no sólo deben enseñársele las distintas materias sino que también hay que ayudarle a que perciba el proceso de su propio pensar. Al comprenderse a sí mismo, sabrá él qué es prestar atención sin resistencia, porque la comprensión de uno mismo es el camino de la meditación.
Jiddu Krishnamurti . El Proposito de la Educacion .