Significa morar para siempre en la ausencia de propósito. El secreto más profundo del baño
que se encuentra en nuestra enseñanza se limita de este modo al trabajo de vaciar el corazón. Haz solo una cosa: saca todo lo que has estado llevando en el corazón, arrójalo fuera, y habrás hecho la única cosa fundamental que es necesario hacer. Con eso se resuelve la cuestión. Una afirmación inmensamente bella: «Con eso se resuelve la cuestión.» No es necesario nada más. No son necesarias escrituras, no son necesarios templos, no son necesarios sacerdotes: «Con eso se resuelve la cuestión.» Solo una cosa es necesaria: vacíate para que Dios pueda fluir en ti. Haz espacio para Él. Sé un bambú hueco para que Él pueda hacer una flauta contigo. Y cuando Él canta hay belleza, cuando Él canta hay éxtasis, cuando Él canta hay risa. Cuando cantas tú solamente hay desdicha, y lágrimas, y agonía, porque el ego es una cosa muy pequeña. No puede contener el éxtasis, solo puede contener la agonía. Para contener el éxtasis tendrás que volverte infinito, porque el éxtasis es infinito. Si quieres contener el océano tendrás que volverte enorme. Al estar vacío te vuelves enorme, al estar vacío te vuelves espacioso, al estar vacío te preparas. Dios puede ser un huésped si el anfitrión está preparado. Al estar vacío te conviertes en el anfitrión. Vuélvete un anfitrión: Dios ha estado esperando a tu puerta durante mucho tiempo, llamando, pero no escuchas. Hay mucho ruido dentro de ti, ¿cómo vas a escuchar las llamadas? Estás tan preocupado con tus estupideces, ¿cómo vas a ver la pura belleza de estar sin ningún propósito? Estás preocupado por cómo tener un mayor saldo bancario, estás preocupado por cómo triunfar en la política, estás preocupado por cómo ser un poco más famoso, y Dios sigue llamando a tu puerta. Él está listo para entrar en ti a raudales, pero tú no estás listo para recibirle. Sí, Lu-Tsu tiene razón: lo fundamental de todas las religiones es ocasionar el vacío. Toda la labor de todos los yogas, tantras, de todos los sistemas alquímicos —Tao, sufí, hasídico— consiste solo en una cosa: vaciar el corazón.
Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .