Las dos leyes que he proclamado y los dos postulados que he enunciado parecen trivialidades,
pero éstas son verdades universales y reconocidas, y una verdad es un pronunciamiento científico. Modelar la vida de acuerdo a estos dos reconocimientos (La Ley del Renacimiento y la Ley del Amor) salvaría a la humanidad y reconstruiría nuestra civilización. Quizás sea demasiado sencillo provocar un reconocimiento, pero detrás de ello subyace el poder de la divinidad misma y su reconocimiento es simplemente cuestión de tiempo, porque la evolución obligará a que se la reconozca en alguna fecha lejana. De los discípulos y pensadores actuales depende que se aceleren estos reconocimientos.
Alice A. Bailey . El Sexo .