Esto se aplica igualmente a la violencia, a la ira y a cualquier otro hábito,

sea el de fumar, el de ingerir bebidas o a los hábitos sexuales. Si los observamos con mucha atención, en su totalidad, con nuestra mente y corazón, nos damos cuenta inteligentemente de su contenido total; entonces hay libertad. Una vez que este estado de atención, de percepción alerta está funcionando, cualquier cosa que surge entonces ira, celos, violencia, brutalidad, ambigüedades, enemistad- puede ser observada instantáneamente, completamente. En eso hay libertad, y la cosa que estaba allí deja de estar. De modo que el pasado no será eliminado a través del tiempo. El tiempo no es el camino a la libertad. ¿No es esta idea de lo gradual una forma de indolencia, de incapacidad para enfrentar el pasado instantáneamente en el momento que surge? Cuando ustedes tienen esa prodigiosa capacidad para observarlo claramente según surge y lo observan con toda su mente, con todo su corazón, entonces el pasado cesa. Por lo tanto, el tiempo y el pensamiento no ponen fin al pasado, porque el tiempo y el pensamiento son el pasado.

Jiddu Krishnamurti . El vuelo del águila .

Índice