Los defectos humanos o las discrepancias externas no tienen nada que ver con la Perfección

Omnipresente de Dios, ya que todo lo imperfecto es sólo creación del concepto exterior humano. Si el hombre se volviera hacia su Yo Superior sabiendo que Este es Dios, sabiendo que Él es toda Perfección y que la apariencia externa no es sino creación humana, por el mal uso de su poder Divino; si él medita sinceramente y acepta la Perfección de Dios, verá en seguida que en su vida y experiencia se manifiesta esta misma perfección.

Saint Germain . El Libro de Oro de Saint Germain .

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