Se lo pide por la necesidad que ha puesto en su alma, se lo pide
por todos los emblemas que el universo le presenta en todo momento que, al ser incapaces de realizar una obra tan grande, están limitados a la categoría de emblemas y dejan al hombre el cuidado de expresar su realidad; se lo pide por todas las leyes representativas y figurativas civiles, políticas, históricas, naturales y sobrenaturales y finalmente ha llegado a pedírselo él mismo, para que se decida a dedicarse a esta santa empresa y ha empezado por hacer que renazca en él este hombre nuevo que será el único que merezca llevarla a cabo con dignidad, cuando haya llegado a su edad adecuada y haya alcanzado las medidas marcadas por las leyes eternas de la sabiduría que pueden muy bien, aquí abajo, sufrir alguna expansión o alguna especie de subdivisión que las reduzca, sin cambiar para nada su carácter.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .