«Entonces, el espíritu que está a la mesa con nosotros coge el pan, y después
de dar gracias, lo parte, diciendo: éste es mi cuerpo que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía». Porque, lo mismo que la partición del pan anuncia la ruptura del cuerpo, también la ruptura del cuerpo anunciará la ruptura de los dolores de su espíritu, al que no le importa abandonar el lugar de su gloria para venir a habitar en la estancia de nuestra miseria.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .