Hemos hecho observar, en diferentes ocasiones, que la idea de «creación», si quiere entenderse en
su sentido propio y exacto, y sin darle una extensión más o menos abusiva, no se encuentra en realidad más que en Tradiciones pertenecientes a una línea única, la que se constituye por el judaísmo, el cristianismo y el islamismo; siendo esta línea la de formas Tradicionales que pueden ser dichas específicamente religiosas, se debe concluir de ahí que existe un lazo directo entre esta idea y el punto de vista religioso mismo. En otras partes, el término de «creación», si se tiene que emplear en algunos casos, no podrá más que explicitar muy inexactamente una idea diferente, para la cual sería bien preferible encontrar otra expresión; por lo demás, este empleo no es lo más frecuente, de hecho, otra cosa que el resultado de una de esas confusiones o de esas falsas asimilaciones que se producen al respecto tanto en occidente para todo lo que concierne a las doctrinas orientales. Sin embargo, no basta evitar esta confusión, es menester guardarse de igual modo de otro error contrario, el que consiste en querer ver una contradicción o una oposición cualquiera entre la idea de creación y esa otra idea a la cual acabamos de hacer alusión, y para la cual el término más justo que tenemos a nuestra disposición es el de «manifestación»; es sobre este último punto que nos proponemos insistir al presente.
Ariza Francisco . Apercepciones sobre el esoterismo islámico y el Taoísmo .