¿Pero qué es esta fe recomendada por el reparador? Es la que se ha desa-
rrollado en el hombre nuevo, la que se basa en el sentimiento de la santidad y de la fuerza de su ser, cuando, por su fidelidad a los movimientos secretos que recibimos todos nosotros, haya conseguido que la mano bienhechora de la sabiduría venga a liberarlo de sus tinieblas y a romper sus cadenas, para darle a conocer las regiones de la vida y de la luz que hay en él y que sólo estaban envueltas en nubes. Pero, lo mismo que un solo rayo de sol que atraviesa las nubes es suficiente para disipar la oscuridad, igualmente el mínimo rayo de nuestro ser, que puede salir de sus precipicios y de sus abismos, es suficiente para aclararnos el alcance de nuestras posesiones, para descubrir a nuestros ojos todos los planes de los enemigos, que se dedican sin descanso a fustigar nuestra tierra, y para darnos fuerza para tirar por tierra todos sus proyectos. Por eso es por lo que el reparador decía a sus discípulos que si tuviesen una fe tan pequeña como un grano de mostaza, dirían a una montaña que se tirase al mar y se tiraría. Esto sería la lucha entre la vida y la muerte y no sería extraño que la muerte llevase todas las de perder y la vida tuviese todos los triunfos.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .