Un ladrón se acercó a un gran Maestro, Nagarjuna. Lo hizo por cierta razón. Nagarjuna

vivía desnudo...; uno de los grandes místicos indios y uno de los mayores alquimistas. Él habría sido la persona adecuada para comentar El secreto de la Flor Dorada. C. G. Jung no era la persona apropiada para comentarlo. Llegó a una gran capital. La reina era seguidora de Nagarjuna y se acercó con un bacín de oro y le dijo a Nagarjuna: «Dame tu bacín de madera. Lo guardaré como un tesoro. He traído este bacín de oro para ti.» La reina tuvo miedo de que quizá Nagarjuna diría: «No toco el oro, soy un asceta.» Pero Nagarjuna era una persona iluminada. Dijo: «De acuerdo.» Así que tomó el bacín de oro decorado con valiosos diamantes. Un ladrón vio a Nagarjuna con el bacín de oro, desnudo, y todos esos diamantes brillando al sol. Dijo: «¡Mira! ¿Cómo puede tener esto este hombre? Alguien se lo va a arrebatar. ¿Por qué no yo? Este hombre desnudo no puede conservarlo por mucho tiempo. ¿Dónde lo conseguiría?» Así es que el ladrón siguió a Nagarjuna. Nagarjuna se estaba quedando fuera de la capital, en las ruinas de un viejo templo que no tenía puertas, ni siquiera ventanas..., nada, sólo muros que se caían; un pequeño cobijo. Aún quedaba un poco de tejado. El ladrón dijo: «¿Cómo protegerá esa cosa tan valiosa? Al menos por la noche se dormirá.» De manera que esperó fuera, al lado del muro, junto a una ventana. Nagarjuna quiso dormir un poco por la tarde; tenía esa costumbre. Viendo que le seguía el ladrón, sabía perfectamente bien por qué le estaba siguiendo. No estaba siguiendo a Nagarjuna, estaba siguiendo al bacín de oro, así que ¿por qué forzarte a esperar ahí? De todas formas, lo iba a coger. «Cuando me duerma», pensó Nagarjuna, «lo cogerá; así que ¿por qué forzarle a esperar innecesariamente?». Y tiró el bacín por la ventana. El ladrón no podía creer lo que estaba pasando. Pero este hombre parecía realmente carismático: desnudo, tan hermoso, con un aspecto tan divino, llevando una cosa tan preciosa, ¡y la había tirado! Ahora el ladrón no podía irse; se sentía tan atraído por esa persona, tan cautivado, casi hipnotizado. Miró por la ventana y dijo: «Señor, ¿puedo entrar y hablar un poco contigo?» Nagarjuna dijo: «Por eso he tirado fuera el bacín, ¡para que pudieras entrar! Habrías entrado cuando yo me hubiera dormido, pero eso no habría tenido sentido. ¡Entra!» El ladrón entró y dijo: «Mirándote, viendo que puedes tirar una cosa tan valiosa con tanta facilidad —y sé por qué la has tirado, la has tirado para mí—, ha surgido en mí un gran deseo: ¿Llegará un momento, alguna vez, en el que yo también seré tan desapegado, tan desprendido, tan libre de posesiones como tú?» Nagarjuna dijo: «Ha llegado el momento. Accidentalmente, ya estás atrapado. Te daré el secreto de cómo transcender el mundo, cómo ir más allá, cómo no poseer.» El hombre dijo: «Pero primero déjame decirte que soy un ladrón. Y he ido a muchos santos antes, pero todos dicen..., porque soy un ladrón muy conocido, todos dicen: "Primero deja de robar, solo entonces puedes meditar." Así que primero deja que te lo diga. Puede que no lo sepas.» Nagarjuna dijo: «Entonces eso muestra simplemente que nunca hasta ahora has estado con un santo. Deben haber sido ex ladrones; de otra forma, ¿a quién le importa quién eres? ¿Y por qué hacer que sea una condición que primero tengas que dejar de robar? Te daré la meditación, es muy sencilla. Sigue robando; simplemente haz una cosa: hazlo conscientemente, hazlo con total consciencia. Cuando vayas a robar, entra en ello completamente consciente, alerta a lo que estás haciendo, y después de quince días ven a decirme cómo te ha ido.» Pero para el séptimo día, el ladrón volvió y dijo: «Me engañaste. Durante siete días continuamente he sido incapaz de robar. Y no es que me lo impidieran; llegué a lugares en los que había disponibles grandes tesoros, pero no puedo hacerlo. Si estoy consciente, empiezo a reírme de mi estupidez. ¿Qué estoy haciendo..., robando cosas que me serán arrebatadas? Tarde o temprano, tendré que morir. Todo ello parece tan infantil. Si estoy consciente, no puedo robar; si robo, pierdo mi consciencia. Las dos cosas no pueden estar juntas.» Nagarjuna dijo: «Entonces decide. Lo que elijas, puedes elegir. Puedes abandonar la consciencia, o si quieres estar consciente, entonces deja de robar.» Y el hombre dijo: «He saboreado la consciencia. Es imposible dejarla. Dejaré de robar, porque la consciencia es mucho más valiosa, mucho más significativa. Solo la he saboreado un poco, pero da tanta alegría. Y he estado robando toda mi vida y he acumulado muchas cosas valiosas en mi casa, pero nunca me han dado ninguna alegría. Solo hacen que cada vez tenga más miedo.» La consciencia es la única clave secreta: transforma. No importa cuál sea tu enfermedad, la consciencia es la única medicina: cura todas las enfermedades. Si tienes predisposición política, y todo el mundo la tiene... De una manera u otra, todo el mundo está tratando de estar por encima de los demás, todo el mundo está tratando de ser más poderoso que los demás. Incluso en las relaciones, la política continúa. El marido trata de ser más poderoso que la mujer, la mujer trata de ser más poderosa que el marido; de ahí el conflicto constante, incluso entre padres e hijos. En todas partes hay conflicto. Todo es política, diferentes facetas de la política. De manera que cuando vienes a mí no puedo esperar que vengas sin política; eso es imposible. Si no tienes política dentro de ti, no necesitarás venir; estés donde estés. Dios vendrá a ti. Cuando vienes aquí, acepto todas tus debilidades humanas. No condeno nada. No te digo que reprimas; no quiero que te sientas culpable de nada. Si quieres jugar el juego de la política, se te permite que lo juegues, con solo una condición: vuélvete cada vez más alerta mientras lo estés jugando; ten sentido del humor, y entonces todo está bien. Tarde o temprano, se desvanecerá por sí mismo. Y lo mismo sucede con la sensualidad, la sexualidad; lo mismo sucede con la posesividad..., lo mismo sucede con todo con lo que hace sufrir al hombre.

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

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