Cuando esto suceda predominará cada vez más esa inte¬resante y peculiar capacidad, evidenciada por algunas

personas, denominada inspiración. No me refiero a la me-diumnidad ni a la facultad mediumnica. No existe nada tan peligroso como el significado común del término "mé¬dium". El médium común es una persona negativa o de naturaleza receptiva, y por lo general tan superficialmente coordinada en su triple naturaleza, que una fuerza extraña puede utilizar su cerebro, sus manos o su cuerpo. Este fenó¬meno es muy común. Las escrituras automáticas, las planchetas y las sesiones espiritistas de orden inferior abundan en estos días y llevan a miles de personas a la insania y a los trastornos nerviosos. La mediumnidad es la distorsión de la inspiración, y cuando la mente humana llega a la etapa evolutiva en que el hombre está consciente y positivamente controlado por su propio yo superior, el Dios interno, enton¬ces puede recibir inspiración. El regidor interno, el verda¬dero yo, puede controlar su cerebro físico por el contacto definido y permitir al hombre tomar decisiones y también comprender la verdad, independientemente de la facultad razonadora; este Dios interno le permite hablar, escribir y conocer la verdad sin valerse de la mente inferior; la verdad reside internamente. Cuando hagamos contacto con nuestro Dios interno, se nos revelará la verdad. Seremos conocedores. Esto es algo positivo, no algo negativo, y significa que nos ponemos en alineamiento directo y consciente con el yo superior o ego, sin permitir que se introduzca en la persona¬lidad cualquier entidad o ánima pasajera.

Alice A. Bailey . La Conciencia del Átomo .

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