«Tengo un insomnio malísimo», se quejó un psicoterapeuta a su médico. «El insomnio», dijo el

doctor, «es el insomnio. ¿Cómo de malo puede ser? ¿Qué quiere decir con "un insomnio malísimo"?». «Bueno», dijo el psicoanalista. «Yo lo tengo malísimo. ¡Ni siquiera puedo dormir cuando es hora de que me levante!» O esta historia: Un joven médico que estaba estudiando para ser psicoanalista se acercó a su profesor y le pidió una cita especial. Cuando estuvieron solos en la oficina del profesor, el joven reveló que había tenido un gran número de dificultades con algunos de sus pacientes. Según parece, en respuesta a sus preguntas estos pacientes ofrecían contestaciones que él no lograba entender. «Bueno», dijo el profesor, «suponga que me hace algunas de esas preguntas». «Por supuesto», asintió el joven médico. «La primera es: ¿qué es lo que lleva faldas y de cuyos labios llega el placer?» «Hombre», dijo el profesor, «eso es fácil. Es un escocés soplando una gaita». «Correcto», dijo el joven doctor. «Ahora la segunda pregunta. ¿Qué tiene curvas suaves y en momentos inesperados se vuelve incontrolable?» El viejo doctor pensó un momento y luego dijo: «¡Aja! No creo que eso sea demasiado difícil de contestar. Es un lanzador de béisbol de la liga mayor.» «Correcto», dijo el joven. «Ahora, profesor, ¿podría decirme lo que piensa de dos brazos que se deslizan en torno a sus hombros?» «Un placaje de fútbol», contestó el profesor. «Correcto de nuevo», dijo el joven doctor. «Pero le asombrarían las respuestas tontas que sigo recibiendo.».

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

Índice