Se dice que el silencio es una de las virtudes más deseables en la mujer.

Sea como fuere, y sin poner en duda que su lengua es su arma más peligrosa, el silencio indica receptividad. Si guardamos silencio, podemos escuchar y, por ende, aprender; pero si hablamos, las puertas de nuestro espíritu permanecen cerradas. La resistencia y la receptividad de Binah son sus mayores poderes; y de estas virtudes surge el vicio provocado por su exceso: la avaricia, que niega demasiado y retiene hasta lo más indispensable. Cuando este vicio prevalece, necesitamos de la generosa influencia de Guedulah Gueburah (Júpiter Marte), influencia que destruye al viejo dios, el devorador de sus propios hijos, e instaura un nuevo reino.

Dion Fortune . La Cabala Mistica .

Índice