¡Cuántas veces, esclavo desdichado cargado de cadenas, cuántas veces se ha puesto a tu alcance
una lima en buen estado, con la que habrías podido romper tus hierros y entrar en las regiones de la libertad para ser allí útil a tu patria! En vez de aprovechar estas ayudas, te has dedicado únicamente a tomar todas las medidas de tus cadenas y hacerte meticulosas y eruditas descripciones de los metales de que están hechas y a llenarte con estos seductores análisis, hasta el punto de dejar de creer que tuvieses otro trabajo y, tal vez, hasta has dejado de creer que fueses un esclavo.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .