Proctor nos habla de una capa inconsistente de materia no condensada todavía, que recubre un

océano de consistencia viscosa en el cual gira un núcleo sólido. Pero también esta hipótesis tiene su precedente en la siguiente referencia: “Asegura Hermes que en el principio era la tierra una especie de limo o gelatina temblorosa compuesta de agua condensada por la incubación y calor del divino espíritu o, según la letra del texto: cum adhuc terra tremula esset, lucente sole compacta esto” (6). De la misma obra de Filaleteo entresacamos el siguiente pasaje: “Por mi alma afirmo que la tierra es invisible, y no sólo esto, sino que el ojo del hombre no ve jamás la tierra ni puede ésta ser vista sin arte. El mayor secreto de la magia es hacer invisible este elemento... y este cuerpo feculento y grosero sobre que andamos, es un compuesto, y no la tierra, sino que en él está la tierra. En una palabra, que todos los elementos son visibles menos la tierra, y cuando alcancemos la necesaria perfección para saber por qué Dios ha puesto la tierra in abscondito, tendremos una excelente traza para conocer a Dios y saber cómo es visible y cómo invisible” (7).

H.P. Blavatsky . Isis sin Velo. Tomo 1 .

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