«Usted puede no querer ser como ellas, pero la vida es una cosa muy exigente

y cruel. No lo dejará en paz. Usted soportará una gran presión de la sociedad, ya sea que viva aquí o en América o en cualquier otra parte del mundo. Se le incitará constantemente a volverse igual que los demás, a volverse medio hipócrita, a decir cosas que no tiene realmente la intención de decir, y si llegara a casarse, eso también puede suscitar problemas. Usted tiene que comprender que la vida es un asunto muy complejo no consiste en perseguir aquello que desea hacer y obstinarse en eso. Estos jóvenes desean llegar a ser algo en la vida abogados, ingenieros, políticos, etcétera; está el instinto, el impulso de la ambición de poder, de dinero. Esas personas viejas de las que usted habla han pasado por todo eso. Están desgastadas por el constante conflicto, por sus deseos. Mírelas, observe la gente que le rodea. Están todos en la misma barca. Algunos abandonan la barca y vagan incesantemente hasta morir. Algunos buscan un rincón apacible de la tierra y se retiran; otros se unen a un monasterio, se convierten en alguno de los distintos tipos de monjes y toman votos extremos. La inmensa mayoría, millones y millones, llevan una vida muy trivial, su horizonte es muy limitado. Tienen sus sufrimientos, sus alegrías, y jamás parecen salirse de eso o comprenderlo e ir más allá. De modo que nuevamente nos preguntamos el uno al otro: ¿Cuál es nuestro futuro? Y específicamente: ¿Cuál es su futuro? Desde luego que es usted demasiado joven para investigar esta cuestión muy profundamente porque la juventud no tiene nada que ver con la total comprensión de este problema. Puede que sea usted un agnóstico; los jóvenes no creen en nada, pero a medida que van envejeciendo se vuelven hacia alguna forma de superstición religiosa, convicción religiosa o dogma religioso. La religión no es un narcótico, pero el hombre ha hecho la religión a su propia imagen, obcecado por la búsqueda de consuelo y, por tanto, de seguridad. Ha convertido la religión en algo totalmente falto de inteligencia e irrealizable, no en algo con lo que uno pueda vivir. ¿Qué edad tiene usted?».

Jiddu Krishnamurti . El Último Diario .

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