Al considerar los números, en cuanto todavía se manejan términos cuantitativos, hay que aplicarlos muchas

veces a otras cosas para entender sus aspectos, o para hacerse una idea más "cabal" de lo que los números significan o representan. Pero las letras (de una lengua sagrada) son asimismo el cuerpo y la forma del número, o más bien de lo que el propio número representa en el conjunto del código numérico. En realidad, no habiendo una cifra distinta a la letra para graficar al número, salvo una palabra, se conoce a éste por lo que de él se dice y por lo que la propia palabra manifiesta, en tanto que es una configuración simbólica, constituida a su vez por elementos simbólicos, las letras y su propia constitución, y susceptible de interpretaciones o análisis, no sólo etimológicos, sino aquellos que incluyen los métodos cabalísticos de la Gematría, el Notarikon y la Temurah, los que consideran la palabra y la letra desde distintos ángulos y posibilidades, a lo que habría que añadir la propia forma de la letra, que es susceptible de una lectura individual, cósmica y principial. Siendo integrales y significativas en su forma (como "descenso" de las ideas o arquetipos del Conocimiento) son el prototipo de los seres creados, de su constitución y de la amplitud de sus relaciones, la suma de los cuales es la manifestación universal, siendo ellas así el prototipo del Libro de la Creación que en ellas y en lo que ellas conforman o pueden conformar en su articulación, está contenido, de tal manera que es más real en cierto sentido el Libro Sagrado que la manifestación de los seres individuales, que en él encuentran el arquetipo de las posibilidades de su ser, sobre todo en los tiempos de una multiplicidad en la que la idea de orden (cosmos) queda relegada al aparte de un código sagrado que no debe ser invadido o disminuido por lo profano, cuando sin embargo es nada menos que una lengua origen y soporte del pensamiento humano, como participación y reflejo del pensamiento Universal, en la que se dan en simultaneidad y por lo tanto adecuadamente a la naturaleza de las cosas, los cuatro planos de lectura, de conocimiento e identidad, en los que se articula lo inefable, lo que se ha manifestado en todas las cosas, las que se alejan en su indefinitud y se reúnen en su Unidad, o Nombre arquetípico, al constituirse en letras simbólicas.

Jose Manuel Rio . ACERCAMIENTO A LA CABALA: Sobre el Arbol de la Vida Sefirótico .

Índice