La pequeña mariposa, atraída por la deslumbradora luz de tu lámpara de noche,

está condenada a perecer en el viscoso aceite. El alma imprudente que deja de luchar aferrarla con el demonio burlón de la ilusión, volverá a la tierra como esclava de Mara.

H.P. Blavatsky . La voz del silencio .

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