En la misma demanda de libertad hay miedo, porque la libertad puede implicar inseguridad total,
absoluta, y uno teme estar completamente inseguro. La inseguridad parece una cosa muy peligrosa; todo niño exige seguridad en sus relaciones. Y según envejecemos continuamos exigiendo seguridad y certeza en todas nuestras relaciones: con las cosas, con las personas y con las ideas. Esa demanda de seguridad engendra inevitablemente temor, y sintiéndonos atemorizados dependemos más y más de las cosas a las cuales estamos apegados. Por lo tanto, surge esta cuestión de la libertad y del temor; si es del todo posible estar libre de temor, no sólo física, sino también psicológicamente; no sólo en la superficie, sino en los oscuros escondrijos de nuestra mente, en los secretos refugios donde nunca se ha penetrado. ¿Puede la mente estar completamente libre de todo miedo? Es el miedo el que destruye el amor esto no es una teoría- es el miedo el que engendra ansiedad, apego, deseo de posesión, de dominación, celos en todas las relaciones, y es el miedo el que engendra la violencia. Podemos observar cómo en las ciudades, con sus poblaciones excesivas y a punto de explotar, existe gran inseguridad, incertidumbre, miedo. Esto contribuye con su parte a la violencia. ¿Podemos estar libres de miedo, de manera que cuando salgan de este salón ustedes puedan caminar sin sombra alguna de esa oscuridad que el miedo produce?.
Jiddu Krishnamurti . El vuelo del águila .