Mr. Sinnett dice con razón: “El sistema solar es indudablemente en la Naturaleza un área
cuyo contenido nadie, excepto los más elevados seres que nuestra humanidad pueda concebir, se halla en situación de investigar. Teóricamente podemos creernos seguros –como lo vemos en el cielo durante la noche— de que el sistema solar no es más que una simple gota de agua en el océano del gran Kosmos (“Cosmos” con C se refiere a un solo sistema solar, y “Kosmos” con K al Kosmos universal, o conjunto de todos los sistemas solares existentes en el incomprensible e infinito Espacio.—N.del E.); pero gota que a su vez es un océano desde el punto de vista de la conciencia de seres tan poco desarrollados como nosotros, y, por lo tanto, sólo podemos esperar al presente adquirir nociones vagas e imperfectas acerca de su origen y constitución. Sin embargo, por imperfectas que sean, nos permiten señalar el orden de las series planetarias a que nuestra evolución pertenece, su lugar especial en el sistema del cual forma parte, y, sobre todo, nos dan amplia idea de la relativa magnitud de todo el sistema, de nuestra cadena planetaria, del mundo en que al presente evolucionamos y de los respectivos períodos de evolución en que como seres humanos estamos interesados.
Annie Besant . La sabiduría antigua .