Pero nosotros no queremos nada parecido. Nos aferramos a nuestros hijos, a nuestras tradiciones, a
nuestra sociedad, a nuestros nombres y a nuestras pequeñas virtudes, porque anhelamos la permanencia; y es por eso que tenemos miedo de morir. Tenemos miedo de perder las cosas que conocemos. Pero la vida no es lo que a nosotros nos gustaría que fuera no es permanente en absoluto. Los pájaros mueren, las nieves se derriten, los árboles son derribados o destruidos por las tormentas, etc. Pero queremos que todo cuanto nos brinda satisfacción sea permanente; queremos que dure nuestra posición, la autoridad que ejercemos sobre otros. Nos negamos a aceptar la vida tal como es de hecho.
Jiddu Krishnamurti . El Proposito de la Educacion .