Debes saber que, a partir del crimen, todas las naciones paganas que componen tu existencia

hoy día están condenadas al anatema: no sólo ellas, sino sus viviendas, sus posesiones, sus rebaños, sus vestidos, sus cosechas, sus ídolos y, en general, todo lo que les pertenece. El Señor, al enviarte por su gracia pura a la conquista de estos países y de estos pueblos, no te ha dejado ignorar esta ley del anatema, puesto que la tierra fue maldita después del pecado. Toda tu forma corporal representa esta tierra de maldición y todas las sustancias tenebrosas, engañosas e ilusorias que actúan en esta forma corporal representan todas las naciones impías que llenan la tierra de Canaán.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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