Mientras uno le hablaba al visitante sentado en la galería, con la roja rosa trepadora,
la joven glicina y el aroma de la tierra y de los árboles, parecía una lástima estar discutiendo el desorden. Cuando uno mira alrededor esos cerros oscuros y la montaña rocosa, y escucha el murmullo de un torrente que pronto se secará cuando llegue el verano, ve que todo tiene un orden tan curioso, que discutir el desorden humano, la confusión y desdicha humanas, parece completamente fuera de lugar. Pero ahí está él, amigable, bien informado y probablemente dado a la reflexión.
Jiddu Krishnamurti . El Último Diario .