La expresión exterior de vida no es sino un constante y cambiante cuadro que la

mente exterior ha creado, presumiendo ser el actor verdadero. De modo que la atención está constantemente fija en la apariencia externa que sólo contiene imperfecciones, y lo cual ha hecho que los hijos de Dios hayan olvidado su propia Divinidad, teniendo de nuevo que regresar a ella.

Saint Germain . El Libro de Oro de Saint Germain .

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