En el nivel causal el proceso se completa. En este nivel, el alma o el

Testigo puro termina disolviéndose en su Fuente, y la unión con Dios da paso a una identidad con la Divinidad, con el sustrato no manifestado de todo ser. Esto, por supuesto, es lo que los sufíes denominan Identidad Suprema. En este estadio adviertes tu identidad fundamental con la Condición de todas las condiciones, con la Naturaleza de todas las naturalezas, con el Ser de todos los seres. El Espíritu es la esencia o condición de todas las cosas y, por tanto, es perfectamente compatible con todas ellas: no se trata de nada especial, se trata simplemente de cortar leña y de acarrear agua. Por ese motivo suele describirse a quienes alcanzan este estadio come gente muy corriente, que no tiene nada especial. Este es el camino del sabio, de los hombres y mujeres que son tan sabios que ni siquiera puedes reconocerlos, porque se adaptan a todo y se ocupan de sus asuntos. En las Diez Estampas del Búfalo del Zen que describen las etapas del camino que conduce a la iluminación, la última imagen presenta a una persona corriente entrando en la plaza del mercado. La leyenda de esta estampa dice así: Entran en el mercado con las manos abiertas. Eso es todo.

Ken Wilber . Psicoterapia y Espiritualidad .

Índice