Como veis, trato de volver a la acción, y tal vez esté forzando el asunto.

Al fin y al cabo, todos queremos hacer algo tocante a la vida. Conozco gentes de todo el mundo que se han disciplinado rígidamente, porque quieren descubrir lo que es correcto hacer. Se han aislado, han renunciado, han obedecido mandatos religiosos y han hecho tremendos esfuerzos; y, al fin de ello, son seres humanos muertos, se han secado. Es el constante esfuerzo para ser algo, para convertirse en algo, que los ha destruido. Y cuando ponéis la sociedad y la familia en oposición a la libertad, lo único que habéis hecho es introducir el factor del conflicto. Y yo digo: no introduzcáis en absoluto el elemento del conflicto. Ved su verdad, y ese ver cuidará por sí mismo de las relaciones. Veis que, como decía, para la mayoría de nosotros la acción es mera reacción. Os adulo y vosotros respondéis; os insulto, y respondéis. Nuestra acción es siempre reacción. Yo hablo de otra cosa, de la acción que no es reacción, sino que es acción total. Esto no es alguna idea mía rara, extraña, fantástica. Pero si habéis penetrado en todo esto por vosotros mismos, si habéis observado el mundo, contemplado a las personas, si las habéis estudiado, si realmente las habéis mirado a los grandes y a los insignificantes, a los llamados santos y a los llamados pecadores veréis que todos ellos han edificado sus vidas sobre el conflicto, la lucha, la represión y el miedo, y veréis el horror de eso. Para estar libre de todo eso, debéis primero verlo.

Jiddu Krishnamurti . El Estado Creativo de la Mente .

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