Si los espíritus que se materializan fuesen los mismos que dan comunicaciones escritas, no desbarrarían
como desbarran en el primer caso, mientras nos dan sublimes enseñanzas filosóficas en el segundo, pues en ambos se comunican por médiums cuyas condiciones psíquicas debieran influir igualmente en ellos. El nivel intelectual de los médiums materializantes no es mayor ni menor que el de los campesinos y obreros cuya congénita inspiración puso en sus labios sublimes y profundas ideas, como por ejemplo los casos de Boehme, Davis y los niños de Cevennes. Puesto que los espíritus se valen de los órganos vocales del médium para la comunicación oral, no les habría de ser difícil expresarse según conviene al talento, educación y cultura del personaje cuya personalidad se atribuyen, en vez de incurrir en vulgaridades y no pocas veces en despropósitos. Dice Sargent, alentado por la esperanza, que la ciencia espírita está todavía en mantillas, pero que promete esclarecer con el tiempo esta cuestión. Sin embargo, no creemos que la luz brote de las tinieblas de los gabinetes mediumnímicos (28).
H.P. Blavatsky . Isis sin Velo. Tomo 1 .