El pensamiento engendra miedo y también placer; ambos son cosas del tiempo. De manera que
el pensamiento engendra esa moneda de dos caras del placer y del dolor, que es el miedo. ¿Qué hay que hacer entonces? Rendimos culto al pensamiento, el cual se ha vuelto tan extraordinariamente importante, que pensamos que mientras más ingenioso es, mejor es. En el mundo de los negocios, en el mundo religioso, o en el mundo de la familia, el intelectual se complace con el uso del pensamiento, esa moneda de dos caras, esa guirnalda de palabras ¡Cómo honramos a las personas que son intelectual y verbalmente hábiles en su modo de pensar! Pero el pensamiento es responsable del temor y de lo que llamamos placer.
Jiddu Krishnamurti . El vuelo del águila .