Un iniciado no es un hombre perfecto, sino uno que ha comenzado el camino de
una disciplina de superación en cualquier aspecto de la vida y se encuentra más o menos avanzado en su camino. Es decir, el hombre iniciado ha dejado de ser una nave sin timón, juguete-del mar proceloso formado por las circunstancias de la vida, para ser un individuo que quiere y sabe dónde va. Es el forjador consciente de su Destino futuro, por medio de una disciplina que gobierna las tendencias de su naturaleza egoísta o personal.
Eduardo Alfonso . La iniciación .