Alma humana, ves que los hombres, que no están más que en un reino terrenal

y material, cierran las puertas de sus fortificaciones después de hacer que salgan los enemigos y los malhechores. Los hombres del reino espiritual hacen lo mismo, para no correr el riesgo de caer víctimas de su propia negligencia, porque, si han dejado enemigos en la plaza, después de haber cerrado las puertas, ¿cuántos de estos enemigos van a devorarlos mientras duermen, sin que se den cuenta? ¿Cuántas aflicciones les descubrirá la aurora, al no abrirles los ojos nada más que para dejarlos que vean su cautividad?.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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