En esta creación hay un sentido de belleza, una belleza que no es producto del
hombre, una belleza que está más allá del pensamiento y el sentimiento. Después de todo, pensamiento y sentimiento son meras reacciones y la belleza no es una reacción. Una mente religiosa tiene esa belleza, que no es la mera apreciación de la naturaleza, de las hermosas montañas y el rumoroso torrente, sino un sentido de belleza por completo distinto que va unido al amor. No creo que puedan separarse la belleza y el amor. Ustedes saben, para la mayoría de nosotros el amor es algo penoso, porque siempre va acompañado de los celos, del odio y de los instintos posesivos. Pero este amor de que estamos hablando es un estado de llama sin humo.
Jiddu Krishnamurti . Encuentro Con la Vida .