Durante la comida, ejercita tu voluntad, deseando que el alimento te aproveche para construir un
cuerpo en armonía con tus espirituales anhelos, y no engendrar malas pasiones ni malignos pensamientos. Come únicamente cuando tengas hambre y bebe cuando tengas sed, y nunca de otro modo. Si algún manjar especial halaga tu paladar, no cedas a la tentación de comerlo tan sólo para satisfacer el gusto. Acuérdate de que el placer que de ellos obtengas no existía algunos segundos antes, y cesará de existir algunos segundos después, porque es un placer transitorio que se invertirá en dolor si te rindes a la gula. Considera que sólo da placer a la boca, y si te dejas seducir por aquel manjar y te conturba el ansia de saborearlo, no te avergonzarás de cometer (cualquier acción, para obtenerlo. Repara en que hay otras cosas que pueden darte felicidad eterna; y, por la tanto, es evidente locura concentrar tus afectos en las transitorias. Advierte que tú no eres el cuerpo ni los sentidos; y por consiguiente no pueden afectarte realmente los placeres y dolores que el cuerpo goce o padezca. Practica la misma serie de razonamientos en el caso de cualquier otra tentación; y aunque a menudo fracases, acabarás por lograr éxito seguro. No leas mucho. Si lees durante diez minutos, reflexiona durante algunas horas. Acostúmbrate a la soledad ya permanecer a solas con tus pensamientos. Asimílate la idea de que nadie sino tú mismo puede ayudarte a desviar gradualmente tus afectos de todas las cosas. Antes de entregarte al sueño, ora como hiciste por la mañana. Pasa revista a las obras del día, y echa de ver en qué has faltado, y resuelve que no volverás a incurrir en la misma falta al día siguiente.
H.P. Blavatsky . Ocultismo Practico .