Malkuth es el nadir de la evolución, pero debe ser considerado no como el último
término de la falta de espiritualidad, sino como el punto de retorno de una carrera de botes. Todo bote que, en esa circunstancia, vuelva a su punto de partida sin haber dado vuelta por la boya indicadora, es descalificado. Lo mismo es para el alma. Si intentamos evadirnos de las disciplinas materiales antes de haber aprendido sus lecciones inherentes, no ascenderemos al cielo, sino que veremos detenerse nuestro desarrollo. Son estos desertores espirituales los que vemos ir de una a otra de las innumerables organizaciones inspiradoras que nos vienen del Extremo Oriente o del Extremo Occidente. En un idealismo barato, buscan una excusa que les permita escapar a las rigurosas leyes de la vida. Éste no es un medio para avanzar, sino una segura condición para retroceder. Tarde o temprano, uno se ve obligado a enfrentarse con el obstáculo y franquearlo, si se puede. La vida nos reúne desde entonces y siempre, y hace uso del látigo o del aguijón de la enfermedad psicológica; los que no quieren afrontar la vida se disocian, y esta disociación es la causa de la mayor parte de los males que figuran en nuestra herencia.
Dion Fortune . La Cabala Mistica .