Ahora bien, estos grupos de metalúrgicos míticos tienen puntos de contacto con la magia (Dáctilos,

Telqui-nos, etc.), la danza (Coribantes, Curetas), los misterios (Kabiros, etc.) y la iniciación de los jóvenes (Curetas). Tenemos aquí vestigios mitológicos de un antiguo estado de cosas en el que las cofradías de herreros desempeñaban un papel en los misterios y las iniciaciones. H. Jeanmaire ha subrayado oportunamente la función de «instructores» que correspondía a los Curetas en las ceremonias de iniciación en relación con las clases de edad: los Curetas, educadores y maestros de iniciación, recuerdan en ciertos aspectos la misión de los Herreros-Héroes Civilizadores africanos. Resulta significativo que, en un estado ulterior e infinitamente más complejo de cultura, la función iniciadora del forjador y del herrador sobreviva con tanta precisión. El herrador participa a la vez del prestigio del herrero y de los simbolismos cristalizados en torno al caballo. No se trata del caballo de tiro, utilizado para el carro de guerra, sino del caballo de montar, descubrimiento de los nómadas del Asia central. Es en este último contexto cultural donde el caballo ha suscitado las más numerosas creaciones mitológicas. El caballo y el caballero han ocupado un lugar considerable en las ideologías y rituales de las «sociedades de hombres» (Mannerbünde). Aquí es donde encontramos al herrador: el caballo fantasma venía a su taller, a veces con Odhin o la tropa de la «caza furiosa» (wüttende Heer), para ser herrado 10. En ciertas regiones de Alemania y Escandinavia el herrador participaba, hasta en una época reciente, en representaciones del tipo Mannerbund: en el Steiermark hierra al «corcel» (es decir, el caballo maniquí) «matándole» para «resucitarle» en seguida (Hofler, p. 54). En Escandinavia y Alemania del Norte el herraje es un rito de entrada en la sociedad secreta de hombres, pero también un rito de matrimonio. Como ha demostrado Otto Hofler (ibíd., p. 54), el ritual del herraje, de la muerte y resurrección del «caballo» (con o sin caballero), con ocasión de las bodas, señala a la vez la salida del novio del grupo de los solteros y su entrada en la clase de los hombres casados.

Mircea Eliade . Herreros y alquimistas .

Índice