El pensamiento es limitado y por eso crea conflicto; ya vimos todo eso. Y el
yo, el ego, la persona, es un haz de complicados recuerdos, antiguos y modernos. Vivimos sobre la base de recuerdos. Vivimos del conocimiento, adquirido o heredado, y ese conocimiento es lo que somos. El yo es el conocimiento de las experiencias, pensamientos, etcétera, del pasado. El yo es eso. Puede inventar que hay algo divino en nosotros, pero eso sigue siendo la actividad del pensamiento. Y el pensamiento es siempre limitado. Esto pueden verlo por sí mismos, no tienen que estudiar libros y filosofías; pueden ver claramente por sí mismos que son un haz de recuerdos. Y la muerte pone fin a toda esa memoria. En consecuencia, uno está atemorizado. La pregunta es: ¿Es posible, en el mundo moderno, vivir con la muerte? Luego, tenemos que considerar juntos qué es el amor. El amor, ¿es sensación? ¿Es deseo? ¿Es algo placentero? ¿Es producto del pensamiento? ¿Amamos a nuestra esposa o esposo, a nuestros hijos? Los celos, ¿son amor? No digan que no. El amor, ¿es miedo, ansiedad, angustia y todo eso? ¿Qué es el amor? Y sin esa cualidad, ese perfume, esa llama, uno puede ser muy rico, puede tener poder, posición, importancia, pero sin amor es sólo una cáscara vacía. Por lo tanto, debemos investigar esta cuestión del amor. Si amaran ustedes a sus hijos, ¿habría guerras? Sí amaran a sus hijos, ¿les permitirían que mataran a otros? ¿Puede el amor existir donde hay ambición? Por favor, enfréntense a todo esto.
Jiddu Krishnamurti . Encuentro Con la Vida .