Pero, además de esto, existe el animus en el que el espíritu se cobija. El
animus vive en los ojos; ve, sueña. Pero quien está en una disposición oscura y retraída, y encadenado a su forma corporal, está sujeto por el anima. Por tanto, la concentración del animus se lleva a cabo con la circulación de la luz, y de esta manera se mantiene el espíritu, y el anima subyugada. El método utilizado por los antepasados para escapar del mundo consistía en deshacer completamente la chatarra de oscuridad para volver a lo puramente creativo. Este no es nada más que una reducción del anima y una consumación del animus. Y la circulación de la luz es el medio mágico para reducir la oscuridad y adquirir dominio sobre el anima. Si se sigue este método, se presentará por sí misma mucha agua seminal; se encenderá el espíritu del fuego y el pensamiento de la tierra se solidificará y cristalizará. Y así madura el fruto sagrado.
Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .