Conoceréis cómo serán tratados algún día vuestros enemigos, o esta Babilonia que, según Isaías, 47:

no ha tenido misericordia con los cautivos, ha cargado con su yugo al anciano y ha dicho: dominaré eternamente .. no hay nadie que me vea... Soy la única y detrás de mi ya no hay otra. Veréis que esta hija de los caldeos no recibirá en lo sucesivo el tratamiento de reina del mundo y que los dos males de los que se creía protegida, la viudedad y la esterilidad le vendrán Juntos en un mismo día sin que ella sepa de dónde le vienen estos males. Y se le dirá: «Quédate con tus encantadores, con la multi- tud de maleficios que has venido practicando desde tu juventud, prueba a ver si te sirven de algo o te hacen más fuerte... que sigan aquí y te salven esos, augures del cielo que contemplaban los astros, que calculan los meses para poder anunciarte lo que va a ocurrirte. Se han convertido en estopa, los ha devorado el fuego y no van a salvar a tu espíritu de las llamas. Así perecerán todas las artes a las que has dedicado tanto trabajo. Los que eran tus agentes desde tu juventud se han equivocado en sus caminos. No hay ni uno que pueda salvarte».

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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