Uno se pregunta cuál es el futuro de la humanidad, el futuro de todos esos

niños que vemos gritando, jugando, con sus rostros tan felices, dulces y hermosos -¿cuál es el futuro de ellos? El futuro es lo que somos ahora. Esto ha sido así históricamente por muchos miles de años el vivir y el morir, y todo el tormento de nuestras existencias. Parece que no prestamos mucha atención al futuro. Vemos en la televisión el interminable entretenimiento que se desarrolla desde la mañana hasta tarde en la noche excepto en uno o dos canales, pero las transmisiones de éstos son muy breves y no demasiado serias. Los niños se entretienen. Todos los comerciales alimentan la sensación de que con esto se nos distrae. Y ello ocurre prácticamente en todo el mundo. ¿Cuál será el futuro de estos niños? Está el entretenimiento del deporte treinta, cuarenta mil espectadores mirando a unas pocas personas en el campo de juego y gritando hasta quedarse roncos. Y uno también va y presencia alguna ceremonia que se realiza en una gran catedral, algún ritual, y eso también es una forma de entretenimiento, sólo que lo llamamos sagrado, religioso, pero sigue siendo un entretenimiento una experiencia romántica, sentimental, una sensación de religiosidad. Observando todo esto en diferentes partes del mundo, viendo cómo la mente está ocupada con la diversión, el entretenimiento, el deporte, es inevitable que uno se pregunte, si es que de algún modo le interesa: ¿Qué será del futuro? ¿Más de lo mismo en formas diferentes? ¿Una variedad de diversiones?.

Jiddu Krishnamurti . El Último Diario .

Índice