No, no es difícil ver que los hombres están aquí abajo como prisioneros aislados de
toda comunicación con las criaturas vivas que los han puesto, por así decirlo, en un lugar secreto. No podemos disfrutar de la conversación ni del consuelo de nadie: un carcelero antipático y brutal nos tira con desprecio todos los días nuestra bazofia, sin dignarse dirigirnos ni siquiera una palabra de consuelo.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .