Todo el mundo se siente culpable, nadie parece sentirse feliz tal y como es. Se

puede provocar el sentimiento de culpa por cualquier cosa, y una vez creado ese sentimiento, te haces poderoso. La persona que provoca en ti el sentimiento de culpa adquiere poder sobre ti —hay que recordar esta estrategia—, porque solo esa persona puede redimirte. Entonces tienes que recurrir a ella. Al principio, el sacerdote provoca el sentimiento de culpa, y tienes que ir a la iglesia, a confesarte, a decir: «He cometido un pecado», y entonces el sacerdote te perdona en nombre de Dios. Crea la culpa en nombre de Dios, eso en primer lugar, y después te perdona en nombre de Dios. Fíjate en lo siguiente: A Calvin lo sorprendió su madre cometiendo un pecado mortal, y lo obligaron a confesarse inmediatamente. —Padre, he estado toqueteándome —dijo Calvin. —¿Por qué has hecho semejante cosa? —preguntó el cura, muy enfadado. —Es que no tenía nada mejor que hacer —respondió Calvin. —Cuatro padrenuestros y cinco avemarías de penitencia. La madre de Calvin volvió a pillarlo una semana más tarde, y una vez más el chico tuvo que ir a confesarse. —Padre, he estado toqueteándome. —¿Y por qué lo has hecho? —Es que no tenía nada mejor que hacer —respondió Calvin. —Diez padrenuestros y cinco avemarías de penitencia. A la semana siguiente, la madre de Calvin volvió a sorprenderlo. —Ya estás volviendo —dijo—. Y llévale esta tarta de chocolate al padre. Mientras esperaba en una larga cola, Calvin se comió toda la tarta y en el confesionario dijo: —Padre, mi mamá me había dado una tarta de chocolate para usted, pero mientras esperaba me la he comido entera. —¿Por qué has hecho eso? —preguntó el cura. —Es que no tenía nada mejor que hacer. —¿Y por qué no te has toqueteado un poquito?.

Osho . El libro del ego .

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