Alma humana, sólo tu experiencia te dará más instrucción sobre todas estas doctrinas. Trata de
elevarte en la región pura, simple y Divina. Procura quedarte en ella el tiempo suficiente para impregnarte de la influencia eterna y dulce que la llena y disfrutarás alegrías tan penetrantes y, al mismo tiempo, tan tranquilas y pacíficas, que todo el universo, a pesar de la belleza de sus leyes y de las fuerzas espirituales que lo rigen, te parecerá una especie de superposición extraña a la naturaleza Divina. Te darás cuenta de que no tienes necesidad de la presencia del espíritu para ser feliz cuando estés en presencia de Dios y que, por consiguiente, es Dios y no el Espíritu el que es tu fuente.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .