En cuanto al hombre nuevo, se ha convertido en realidad en una oración activa, con

lo que sus facultades han recuperado los derechos de su destino original. Ha dicho: «invocaré a Dios en el nombre del reparador, invocaré al reparador en el nombre del cumplimiento de la ley, invocaré al cumplimiento de la ley en el nombre de la fe, invocaré a la fe en el nombre de mis obras y de la constancia de mis santas resoluciones». Estos son los cuatro ríos que este hombre nuevo ha encontrado en él. Ha encontrado también en él el jardín del Edén. Desde entonces, se ha llenado de confianza y de celo y las cosechas han sido abundantes. En otros tiempos, estos cuatro ríos no formaban más que uno, cuando este jardín del Edén tenía todavía su fertilidad primitiva; pero las catástrofes de la naturaleza, multiplicando las montañas y los valles, han se- parado las fuentes de los ríos y han multiplicado sus corrientes.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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